El timelapse es una técnica fotográfica que consiste en capturar fotografías de una misma escena con un intervalo de tiempo existente entre una toma y otra. Se realiza para mostrar una situación prolongada de tiempo y hacer esta más breve. Con este tipo de técnica llegamos a apreciar el movimiento de los objetos de la escena que aparentemente se encuentran estáticos como la luna, el sol, nubes, vegetación, etc.
Por ejemplo, se puede usar el timelapse para capturar el crecimiento de una planta o el momento de un atardecer.
Es una técnica que tiene infinidad de usos, que da total libertad de imaginación y creación. A día de hoy es muy usada por su gran originalidad.
El timelapse se considera una cámara rápida, lo cierto es que este efecto se consigue a cámara lenta. Y es que las imágenes se toman cada cierto tiempo, pudiendo alargar la toma de las fotos por segundos, horas o incluso días en función de lo que queramos conseguir.
Las imágenes se convierten posteriormente en fotograma de vídeo. Cada 25 fotos tomadas dan como resultado un segundo de video. Este es el mínimo para que el ojo humano perciba un movimiento suave en imágenes sin saltos perceptibles. Esto quiere decir que para montar 8 segundos de vídeo se necesitan nada más y nada menos que 200 fotos. Sin embargo, si miramos el vídeo, percibiremos una cámara muy rápida donde todo parece acelerado, al menos 25 veces más rápido.
Por muchas imágenes que se tomen siempre ocuparan menos que un video que recoja lo mismo en el mismo intervalo de tiempo
El timelapse permite hacer exposiciones de larga duración, así se puede obtener imágenes de mayor calidad, a incluso 4K y en RAW o negativo digital, o para captar las estelas de las luces de los coches o la luz de las estrellas.
También recordad que, generalmente, una cámara ofrece mejor calidad cuando hace una fotografía que cuando hace un video. Pero si ese video lo aceleras este tiende a perder calidad. Esto con el timelapse no pasa, pues siempre te ofrecerá resultados más profesionales.